En abril de 2021 el Dr. Charles Roberts estará concluyendo su segundo mandato como Presidente del Jockey Club de Rosario. Antes lo había presidido durante los años 2017 a 2019. “Para mí el club fue mi familia. Mi papá murió cuando yo tenía 3 años, y vivencias como esa llevan a valorar mucho lo que te dan terceras personas”, reflexiona Charles buscando en sus recuerdos el origen de su cariño al club y su constante acompañamiento institucional. 

En las elecciones de 2015 estuvo junto al Dr. Aldo H. Torriglia como candidato a Vicepresidente, cargo que ejerció hasta el 30 de abril de 2017. Anteriormente, había trabajado durante años en la Sub Comisión de Fútbol de Menores, luego la presidió, y también se incorporó a la Comisión Directiva en 2005, bajo la presidencia del Dr. Mario Celestino Araya. “Al margen de que me gusta lo que hago, trabajo para el club porque siento que es devolverle algo de todo lo que me dieron”, remarca.

En una mañana lluviosa de feriado, Charles Roberts nos recibió en el luminoso salón de reuniones ubicado en el segundo piso del edificio de La Dulce y con amplios ventanales desde donde se aprecia la perfecta distribución del Country, su arboleda y la prolijidad en el mantenimiento. Allí conversamos sobre las mejoras y cambios que se plasmaron durante su gestión, el impacto del año 2020, y los proyectos que en breve se estarán ejecutando.

Lo primero que destaca es su vocación por el trabajo en equipo:
-          No soy de trabajar solo, nunca lo hago. Me gusta que los demás tengan autonomía y libertad para que cada uno exprese su forma de trabajar y su capacidad.
 
-          Con lo cual, como Presidente habilitás el disenso…
-          Totalmente. He trabajado junto a personalidades muy fuertes en toda mi gestión. El disenso implica un trabajo mayor pero es algo bueno y en la Comisión Directiva lo ejercemos a menudo.  

-          ¿Cuál es el balance de los últimos dos años? En mi primer año de gestión, 2019, pudimos hacer muchas cosas. Nos propusimos como objetivo principal la conclusión del vestuario de Hockey, una obra de 1000mts 2, además de las obras de recuperación patrimonial de nuestros edificios institucionales, como así también las obras de infraestructura. Ello fue así gracias a que todos los miembros de subcomisión apoyaron dichos objetivos.  

-          ¿Qué tan lejos se está de la finalización de obra?  
-          Estamos muy cerca. Lamentablemente, debo decir que este mandato duró un año, porque el 2020 fue para el olvido. En el 2019 ejecutamos un montón de obras que estaban proyectadas para que se concluyeran al año siguiente. Si uno pudiera borrarlo del calendario y de la cabeza, el 2020 no debería existir.      

-          ¿En un plano personal, cómo viviste atravesar la pandemia siendo presidente de esta institución?  
-          Con el equipo nos sentíamos responsable de cómo el club seguía. De cómo cruzábamos esta tormenta y llegábamos al otro puerto. Cuando en marzo – con todo preparado para largar, con los torneos organizados y el personal ya contratado – se decreta la cuarentena, vimos truncado lo planificado. Como positivo, resalto que la pandemia nos permitió unirnos a los clubes: más de cien en toda la provincia de Santa Fe firmamos notas para poder abrir las puertas. Nos hicimos sentir. Todos los presidentes sostuvimos que, justamente, los clubes eran una solución y no un problema, porque le dábamos al gobierno la posibilidad de que la gente estuviera cuidada y a la vez haciendo deporte, que hace tanto bien a la salud. Tardaron cuatro meses en darse cuenta de eso. Clubes de Las Parejas, de Las Rosas, de no más de 300 socios, peleaban junto a nosotros que somos 14.000. En Rosario, junto al Náutico, a Provincial y Gimnasia, fuimos 4 presidentes comandando todas las notas.  

-          ¿Y puertas hacia adentro, cómo gestionaron la crisis de la cuarentena en el club?  
-          La parte económica fue una experiencia enriquecedora, pero muy difícil. No cobramos la adherencia, sólo la cuota. Pero el costo asumido ya lo teníamos. Nos preocupamos, porque la incidencia salarial es alta y tuvimos que reprogramar los pagos de todos los proveedores. Fue un desafío de mucho desgaste pero se pudo sobrellevar gracias al apoyo de la mesa directiva y del personal de la institución. La ayuda del Estado con los ATP para el pago de sueldos fue lo que nos permitió que el balance diera positivo. Con el sindicato fuimos negociando mes a mes. En cuanto a lo deportivo, funcionó muy bien por zooms. La gente demostró que tenía una identificación muy fuerte con el club y que valoraba todo el trabajo que hicimos. El cumplimiento en el pago de la cuota es en lo que se demuestra la conformidad… ¡Y los socios nos bancaron y resulta que el 2020 fue el año con menos bajas!

                                                                                               
-         Y cuando se pudo reabrir el club, todos quisieron ir a disfrutarlo…  
-          Sí, y quisimos preparar, con mucha vocación de servicio, una gran temporada verano 20/21. Contratamos coachs, compartimos ideas y buscamos la forma de darles más servicios a los socios sin costo adicional. Y lo disfrutaron mucho. Trajimos personal especializado para brindar entretenimientos y actividades los días sábados. La colonia fue el éxito más grande y se mantuvo 15 días más de lo habitual por el hecho de que no se sabía si empezaban los colegios. También se extendió el uso de las piletas. Y hemos habilitado también un servicio de Guardería para niños y niñas de 2 a 6 años, pensado para padres y madres que realizan actividades deportivas. Creo que logramos que el socio se identifique con su propio club y que entienda que la cuota no es un costo, es un beneficio. El socio es el dueño del club.             

-          En el balance 2019 se reflejaron los numerosos logros deportivos en todas las disciplinas. Más allá de los talentos individuales, ¿qué trabajo se sostuvo a modo de proyecto colectivo?
-          Cuando comenzamos con la presidencia de Dr. Aldo H. Torriglia, y yo como vicepresidente, establecimos puntos que había que mejorar. Todos son actos evolutivos que requieren transformaciones y adecuaciones a distintos momentos. Antes había una puja entre distintos deportes y diversos horarios, un desorden debido al crecimiento del club y la cantidad de gente. No había mala voluntad, sino descoordinación. Nos estaba faltando una coordinación deportiva general, por eso incorporamos a Martin Mackey, encargándose del área deportiva con el objetivo de cumplir el reordenamiento de la actividad y crear metodologías de trabajo para conformar a todos los deportistas.  

-          También hubo cambios relevantes en el vínculo con los socios.  
-          Además de la gerencia deportiva, creamos el área de atención a socios, esto fue en el 2020, donde lo primero y básico es la comunicación. Brindamos servicio y en eso no podíamos equivocarnos. Para especializarnos trabajamos con unos coachs, que interpretaron nuestro pedido y lo volcaron al personal. Siempre le repetimos a los empleados que, cada fin de semana, es como si brindaran una función de teatro: debemos revisar cada punto de acción para que los socios estén bien.
 
-          ¿Cuáles serían los objetivos a seguir en caso de seguir gobernando el club?  
-           Los mismos que han sido trazados desde hace muchos años: la modificación del estatuto, que no es más nada que transmitir la realidad de la vida. Estamos adecuándolo a la realidad actual, que es distinta a la del 1900. Es real que hoy se establece que el socio es el hombre y eso se va a modificar. Pero también hay otras cuestiones de género que hay que respetar y cuidar, que no se encuentran establecidas en el estatuto: tenemos que contemplar a los matrimonios de igual sexo, porque la familia es una, y hoy está integrada con mucha diversidad. Y nosotros, como club, no podemos mantenernos ajenos de la familia, que es lo que nos importa. Por otra parte, queremos terminar el acuerdo con el fideicomiso del Jockey que quedó trunco por el incumplimiento de parte de ellos, y queremos que lo cumplan, abrir espacios de usos múltiples, generar un efector médico propio, que es algo importantísimo. Dicho efector médico estará interconectado con todos los ámbitos del club y se va a informar el estado de salud de cada socio. Estamos buscando todo para mejorar la atención a brindar.  

-          Hay socios que vienen a practicar deportes, otros a descansar y estar en familia o con amigos. El desafío es continuar brindando respuestas positivas a toda la comunidad…

-          Hoy somos 14000 personas y los fines de semana ingresan 6.000, 7.000 personas como si nada… ¡Es una ciudad! Por eso otro de los objetivos es cuidar el verde, haciéndonos amigos de la protección del medioambiente. Somos conscientes de que la gente sufrió mucho el 2020. Muchos perdieron seres queridos. El club no está ajeno a eso, lo sentimos y tratamos de hacer muchas cosas para que nuestra comunidad se pueda entretener, disfrutar del día a día y, sobre todo, disfrutarlo en familia.  

Entrevista: Lucila Román